martes, 18 de diciembre de 2007

Homenaje Popular, Viernes 21 de dic.


Homenaje Popular

Viernes 21 de diciembre.
Plaza Perú
11:00 hrs.


viernes, 30 de noviembre de 2007

TEATRO DE MASAS

Invitamos a tod@s quienes deseen particiapar o aportar de alguna forma.
Todos pueden actuar.

comiteconcepcion@gmail.com

jueves, 22 de noviembre de 2007

CONMEMORAR ACTUANDO

TEATRO DE MASAS
CONMEMORAMOS ACTUANDO
A CIENAÑOS DE LA MASACRE EN LA ESCUELA SANTA MARIA DE IQUIQUE

1er ensayo
sàbado 24 de noviembre
16:00 hrs.
Vilumilla 1300, Concepción. Sede Corporacion Urracas
(desde camilo henriquez entrar por PELANTARO, DOBLAR DERECHA POR CRUZ, LUEGO VILUMILLA)

mas información: comiteconcepcion@gmail.com

lunes, 19 de noviembre de 2007

Testimonio de una masacre










miércoles, 14 de noviembre de 2007

Foro Matanza escuela Santa Maria de Iquique

a cien años de la masacre, recuperando la memoria popular
Exponen:
Alejandra Brito Peña
Mario Garcés Durán
jueves 15 de noviembre19:00 hrs.
Aula 3, plato, Universidad de Concepción

- Movimiento Obrero
- Matanzas en la historia de Chile
- Situación de la mujer en movimiento obrero
- Proyecciones y resultados de las reivindicaciones laborales
- Lineamientos y directrices politicas

viernes, 28 de septiembre de 2007

Rol de la mujer en la Pampa Salitrera. El protagonismo y la doble relación de dominación

Hablar de la mitad invisible de nuestra historia nos resulta un tanto reconfortante, pero a la vez se torna difícil, tanto por la carencia de información como por lo insípido del contenido de ésta misma. Se ha permitido por mucho tiempo la existencia de una parte fantasma en nuestra historia, la que ha caminado silenciosa por las sendas de la lucha social, como una parte de la humanidad en sombras, casi un ámbito clandestino que en el trayecto ha crecido, ha madurado y se ha fortalecido, luchando contra la doble relación de dominación que la somete. Este andar silencioso no es invisible, no ante los ojos de nuestro pueblo y su memoria que constantemente adquiere tonos de rebeldía y matices de revolución, colores que se arraigan en nuestros corazones y se impregnan en las manos de compañeros y compañeras que a diario hacen suya esta lucha de emancipación.

Pero lo que hoy nos reúne es la reivindicación de la lucha que el pueblo emprende frente a la explotación y la dominación violenta con que este sistema nos ataca; y la conmemoración de uno de los más grandes hechos de represión y violencia social en la historia contemporánea de Chile, un hecho que aunque muchos han querido ocultar se ha vuelto emblemático y la vez aberrante: LA MATANZA OBRERA EN LA ESCUELA DOMINGO SANTA MARÍA DE IQUIQUE.

A través de este ensayo queremos abordar el rol de la mujer, el que concientemente ha sido apartado y olvidado, este rol femenino esencial para el desarrollo del proceso y la configuración tanto del movimiento obrero de fines del siglo XIX y principios de siglo XX, como de la identidad popular en Chile; el cual, ocasionalmente es tratado y cuando se hace, es de forma aislada, y mucho menos destacada en la Historia, en esta Historia burguesa, machista, bélica y elitista entre otras cosas, esa, la Historia de ellos.

Hoy queremos aplicar la memoria popular y evidenciar el carácter de la mujer como sujeto social político e histórico y su participación en el movimiento obrero y las organizaciones sociales; para esto tomaremos una serie de autores que tratan la Historia Social, la Historia del Bajo Pueblo, de los olvidados y subyugados y así recordar además de propiciar la discusión, tanto con nuestro análisis y apreciaciones, como con los hechos puntuales que relataremos brevemente, tales como el de las ollas vacías y cocinas apagadas que impulsaron las movilizaciones en la pampa salitrera.

“La emancipación femenina es inseparable de la lucha de clases, al punto que no puede haber revolución sin emancipación femenina, ni esta puede lograrse sin revolución1.”

La creciente participación laboral femenina llamaba la atención y provocaba alarma en el mundo obrero, desde fines de siglo XIX y a lo largo de Chile, las mujeres habían ingresado a la fuerza de trabajo remunerada en números crecientes, hasta conformar casi un tercio de la población económicamente activa en 1907. Esta transformación de la composición de la fuerza de trabajo constituyo un elemento de cambio social que provoco nutridos comentarios por parte de una amplia gama de actores sociales en la época de la “cuestión social”.

Existe cierto grado de contradicción ya que mientras se alienta la participación que aspira a un cambio social radical, que incorporaba la emancipación de las mujeres, por otro lado no paralelo, se reproducían paradigmas tradicionales y conservadores respecto a la relación entre ambos géneros.

1 .- “ La emancipación de la mujer” Virginia Vidal. p. 43

Así se cuestionaba duramente la explotación femenina en la perspectiva de “liberarlas” de ese trabajo mal remunerado que las alejaba de sus roles naturales o para otros históricos y se debilitaba la familia obrera y que además amenazaba y atentaba contra la virtud y moral femenina. A esta contradicción agregamos los elogios hipócritas de lo cual las mujeres que trabajan son objeto.

Para explicar con hechos el proceder de las mujeres en esa época, se pueden mencionar varios ejemplos: en la historia de la pampa salitrera también estará presente la mujer. En los primeros tiempos llegan allí para los mas variados servicios: desde cocinera, ayudante de pulpería o empleada, hasta prostituta. Al establecerse los campamentos, ya llegan como esposas y al calor de las luchas del pueblo trabajador, también van desarrollando su propia conciencia. Surgen las organizaciones de mujeres, organizaciones que luchan por la igualdad de condición y de trabajo. En periodos de conflictos las mujeres organizaban la acción directa. Promovían huelgas de viandas: se negaban a preparar la comida que los hombres debían llevar a las faenas. Se levantaban muy temprano, se apostaban en las esquinas donde apedreaban a los que no acataban los acuerdos de paro y les pegaban botándoles las viandas o vistiéndoles de mujer. Cuando intervenían los uniformados estas mujeres se enfrentaban a ellos, generalmente agarrandoles o tocándoles el trasero lo que los denigraba mucho. Frente a los abusos de los señores de las pulpería las mujeres, muchas veces, asaltaron los locales y repartieron los víveres; eran encarceladas por saqueo lo que daba pie a movilizaciones mas amplias, en las cuales los obreros organizados y las mujeres llegaron a tomar la administración de las salitreras. Los conflictos se resolvían, en definitiva, con la intervención del ejercito, que acudía presuroso a los llamados de los patrones. En este mismo sentido destacar que gracias a las mujeres, muchas veces, se llevaban a cabo las reuniones en los sindicatos, ya que eran ellas las que no cocinaban a sus maridos o padres para que si o si se dirigieran y asistieran a las reuniones.

Finalmente nos parece relevante destacar que uno de los objetivos fundamentales de la historia femenina es reconstruir la memoria de las mujeres, más aun porque las propias mujeres solemos olvidar las luchas de nuestras antepasadas. De ahí la necesidad de recolección y análisis historiográfico para encontrar un hilo conductor que permita tener una visión global y compleja de los avances y retrocesos de nuestra historia.

El vínculo que las mujeres podemos establecer con nuestra propia historia, no puede limitarse a un rescate puramente testimonial de las experiencias pasadas. La recuperación de una historia que se ha forjado colectiva y organizadamente a lo largo de distintos y complejos procesos históricos, tienen un sentido y una proyección política. Este retorno hacia nosotras mismas, posee una dimensión profundamente social, ya que no sólo permite un acercamiento crítico a las experiencias pasadas, sino también fortalecer los lazos de nuestra identidad colectiva.

La memoria cobra sentido, más que como una actitud nostálgica respecto al pasado, como una fuente de saber que orienta y activa las acciones del presente. En este sentido, el pasado más que aparecer como algo inmóvil o perdido, es resignificado de manera tal que activa, potencia y da una direccionalidad al quehacer social de los sujetos. El ejercicio de mirar hacia atrás, tiene que ver con el ejercicio de mirarse hacia adentro, es decir, de cuestionar y volver al pasado en función de lo actual y contingente. Es por lo mismo, un acto en que se reafirman las identidades sociales. La memoria en acción, tiene que ver con la capacidad de poner en práctica esa acumulación de experiencias que actúa como un dispositivo al cual las mujeres podemos recurrir en nuestras vidas personales y colectivas. Desde ese punto de vista, la memoria actúa como un recurso social disponible para las mujeres.